Huella de carbono
Debido a la creciente afectación hacia el medio ambiente, el enfoque por reducirlo se ha convertido en una tendencia. El cambio climático se vive todos los días a nivel mundial, pero ¿qué nos lleva a padecer tales efectos negativos? La quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), la deforestación, la agricultura intensiva… y otras actividades humanas generan emisiones de gases de efecto invernadero, cuyo resultado es amenazante para todo tipo de vida en el planeta.
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los principales contribuyentes del cambio climático. La huella de carbono se ha convertido en una medida para evaluar el impacto ambiental.
En un esfuerzo por lograr la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, los gobiernos, iniciativa privada y la sociedad, trabajan en conjunto bajo políticas y prácticas de sostenibilidad que abonen a alcanzar el resultado. Un ejemplo de ello por parte de los gobiernos es la implementación de impuestos ecológicos, cuyo objetivo es incentivar a las industrias a mejorar sus tecnologías de forma más amigable con el medio ambiente. Las cadenas de producción exigen que los proveedores tengan una mayor eficiencia en la huella de carbono.
Por su parte, los consumidores tienden a cambiar hábitos de consumo, eligiendo productos con menor huella de carbono, locales y de temporada, reducir la ingesta de carne y también optan por usar transporte público, entre otras.
Sabemos que se necesitan cambios profundos en la forma de consumir y producir, así como una conciencia plena de los efectos, una cooperación multilateral como destaca la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Si pensamos que las futuras generaciones tienen derecho a vivir en un ambiente sano y limpio podría motivar a acelerar las acciones.