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“Liberation Day”  

Los aranceles, lejos de ser simples medidas comerciales, tienen una compleja red de efectos que repercuten en economías globales, empresas y consumidores. Desde la perspectiva de una consultoría legal y fiscal, es crucial entender cómo estas políticas comerciales impactan a las naciones, particularmente en el caso de México. A lo largo de los últimos años, México ha sido testigo de la evolución de las políticas arancelarias bajo la administración de Estados Unidos, un proceso que ha generado tanto incertidumbre como oportunidades. A continuación, analizaremos los efectos de los aranceles en el contexto mexicano, tomando en cuenta las posturas de actores clave como instancias gubernamentales, expertos económicos y las implicaciones para sectores estratégicos de la economía.

 

Según David Kelly, estratega de J.P. Morgan, los aranceles son problemáticos debido a su capacidad para elevar los precios, desacelerar el crecimiento económico, reducir las utilidades y generar mayores niveles de desempleo. A lo que agrega, “los aranceles elevan la desigualdad, disminuyen la productividad y aumentan las tensiones mundiales”. Estos efectos globales son innegables, pero en el caso específico de México, es crucial ponderar las oportunidades que surgen en medio de los desafíos.

 

México, al ser uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, se encuentra en una posición estratégica para aprovechar las tensiones comerciales generadas por los aranceles. Sectores como la electrónica, los automóviles y el acero podrían ver impactos positivos si los consumidores y empresas estadounidenses optan por productos mexicanos más competitivos en precio frente a los aranceles impuestos a otros países.

 

El “Liberation Day”, término que ha cobrado relevancia en los últimos meses, hace referencia a la situación en la que México se encuentra con respecto a los aranceles impuestos por Estados Unidos. Mientras que otros países, como China y la Unión Europea, han sido gravemente afectados por las políticas proteccionistas de Donald Trump, México ha logrado mantenerse relativamente exento de muchas de estas medidas arancelarias. Según Édgar Amador Zamora, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la no imposición de aranceles a productos mexicanos por parte de Estados Unidos es una clara muestra de un “trato preferencial” y un indicativo de que existen mejores condiciones económicas y oportunidades para invertir en México.

 

Esta exención de aranceles se extiende a productos incluidos dentro del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC), lo que implica que sectores clave como el agropecuario, el electrónico y las manufacturas mexicanas no se verán gravemente afectados por las nuevas medidas arancelarias de Trump. Esta exención coloca a México en una posición ventajosa frente a otras naciones que enfrentan aranceles mucho más elevados. México, bajo la administración de la mandataria Claudia Sheinbaum, tiene el objetivo de negociar un trato preferencial que le permita mantener aranceles más bajos que otras regiones, como el 20% de la Unión Europea o el 34% que ha impuesto China a productos estadounidenses.

 

México sigue siendo una base de producción clave para muchas automotrices internacionales, lo que permite a las empresas como Nissan continuar exportando vehículos a Estados Unidos sin enfrentar las mismas barreras comerciales que aquellos que producen en otros países. De hecho, 85% de lo que Nissan vende localmente se fabrica en México, lo que subraya la relevancia estratégica de las operaciones en el país para los fabricantes de automóviles.

 

Sin embargo, el impacto de los aranceles no es homogéneo. Empresas alemanas, como Volkswagen, que tienen una presencia significativa en México, se enfrentan a desafíos adicionales al no cumplir con los requisitos del T-MEC de producir un porcentaje suficiente de componentes de la región. Esto las obliga a hacer mayores inversiones en la región o a buscar soluciones alternativas, como traer más componentes de Estados Unidos, lo que podría aumentar sus costos de producción.

 

La implementación de aranceles por parte de Estados Unidos ha generado tanto retos como oportunidades para México. Desde una perspectiva legal y fiscal, el “Liberation Day” ha permitido que México mantenga su competitividad frente a otros países afectados por los aranceles, aunque la incertidumbre sobre la dirección futura de las políticas comerciales globales persiste. A medida que el T-MEC sigue evolucionando y los sectores clave, como el automotriz, buscan adaptarse a los nuevos desafíos, México debe aprovechar su posición estratégica para consolidarse como un socio comercial privilegiado en América del Norte. Sin embargo, el riesgo de una desaceleración global sigue presente, y las autoridades mexicanas deben seguir monitoreando de cerca los cambios en las políticas de comercio internacional para mitigar los posibles efectos negativos.