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Similitud acertada

Mientras realicemos una llamada vía telefónica tendremos la oportunidad de ver al interlocutor, habrá aparatos de cocina que preparen comida y máquinas de café. El transporte será posible sin conductor al volante y la sobrepoblación será un problema mundial; la solución para sobrevivir como especie será la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.  Así lo pronosticó Isaac Asimov en un artículo publicado en 1964. Vaticinó que en 50 años esto sería posible.

Las predicciones son el presente que alcanzan el futuro. En poco menos de 50 años la evolución de la tecnología ha transformado nuestra forma de vivir, desde lo que consumimos hasta el desarrollo industrial y económico. La relación entre robots y humanos es una realidad, tal y como lo propuso el autor de Yo Robot.

“La firma británica Oxford Economics estima que para el año 2030 los robots absorberán 20 millones de empleos de la industria manufacturera en el mundo, ya que se espera que el inventario de estas máquinas crezca diez veces en la próxima década.” La similitud de la película de Wall-E con nuestra realidad es asombrosamente acertada. El consumo desenfrenado llevó a la Tierra a un estado de abandono azotado por el cambio climático.

Sin embargo, la vida en la tierra aún es posible, aunque películas como esta, significan precisamente una “red flag” para la población. Si bien no podemos escapar de los efectos adversos de la tecnología, aún podemos equilibrar. Cuando hablamos de automatización no solo nos referimos a robots haciendo funciones humanas, sino a máquinas realizando tareas repetitivas. El Banco de México advierte que el campo, la construcción y la manufactura son los sectores con mayor riesgo.

Es inevitable la resistencia al cambio, adaptarnos a nuevas plataformas y modalidades de trabajo no siempre es fácil, pero con ayuda de la capacitación y disponibilidad de adaptación todo es posible.

Hay aprendizaje en cada reto, todo principio tiene un final, habrá un renacer y regresaremos al origen, a las formas humanas. Es decir, como sociedad debemos mantener el enfoque en las relaciones humanas. Los gobiernos, deben crear políticas necesarias que coadyuven a la adaptación de la sociedad a los cambios y que nos permitan ver y vivir el desarrollo de la tecnología como una nueva oportunidad que impacte en la calidad de vida, aumente la productividad y la economía del mundo para beneficio de todos y todas.